Los seres humanos somos una mezcla de genética (instinto) y
costumbre (cultura). Pero el asco, es una reacción instintiva o aprendida
culturalmente?
La reacción instintiva del asco tendría sentido para
prevenirnos de ingerir alimentos potencialmente peligrosos. Nos es útil sentir
repulsión hacia la carne podrida porque eso nos puede ahorrar una enfermedad.
Comernos una rata o una cucaracha también puede transmitirnos alguna infección.
Sin embargo, ya sea por necesidad o por cultura, los humanos
podemos acostumbrarnos a comer toda una gama de alimentos que a priori
podríamos considerar asquerosos.
Seguro que si habéis visto las películas de Indiana Jones,
recordaréis esta escena. Al parecer, algunos de los comensales no sienten asco
por este tipo de comida. Pero, como espectadores, nos cuesta entender que el
asco tan intenso que nos produce este tipo de comida sea sólo un aspecto
cultural.
Dice la FAO, y tambien el ministro Cañete, que los insectos son nutritivos y sabrosos. Y, en todo
caso, hemos de admitir que nos hemos acostumbrado desde pequeños a los huevos
de gallina, sin que nos dé asco recordar qué son ni de dónde salen.
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