jueves, 24 de octubre de 2013

El trigo durante la postguerra española (o como comprar barato un pan que no existe).

La Guerra Civil Española dejó un país empobrecido y hambriento. Para evitar el hambre, el gobierno optó por intervenir el precio del trigo, obligando a todos los agricultores a vender toda su producción al Estado a un precio fijo.

El trabajo del labrador siempre ha sido duro. Aunque durante las épocas de hambre, estar cerca de los alimentos te puede salvar la vida.


Los agricultores respondieron de dos maneras: abandonando el cultivo del trigo por otros productos más rentables y ocultando parte de la producción de trigo, ya fuera por consumo propio (en el caso de los pequeños productores) o para el contrabando o estraperlo (en el caso de los terratenientes).

A este hecho se unieron dos factores más: las sequías y la exportación de productos agrícolas a Alemania  para pagar la ayuda de los nazis al bando franquista.

La política de fijación de precios sirvió para mantener bajo el precio del pan, sí. Pero era un pan que no existía. Más allá del pan provisto por el racionamiento (poco y de mala calidad), el único pan que se podía comprar era el del mercado negro o estraperlo y fácilmente costaba 6 u 8 veces el precio oficial.

En resumen, que la medida del gobierno franquista consiguió "pan para hoy y hambre para mañana".

No era la primera vez que regular el precio del pan por decreto salió mal. Ni tampoco sería el último.

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