martes, 3 de septiembre de 2013

¿Somos lo que fotografiamos? Los hipsters del Instagram

Hacia finales de los setenta, un joven barcelonés fue a un pueblo remoto de la Castilla profunda para conocer a la familia de su prometida. Imaginaos la escena: hermanos, padres y abuelos se sientan a la mesa. Es una comida sencilla pero contundente, de aquellas que apetecen cuando hay hambre, que es el caso. El abuelo, patriarca de la familia, dice:

-Comencemos.

El joven catalán hace un gesto entusiasta de aprobación y repite "comencemos" mientras la cuchara hace un vuelo en picado hacia el plato, recoge unos suculentos garbanzos estofados y vuelve a alzar el vuelo hacia la boca. Pero se detiene a escasos centímetros, al oír la voz del abuelo, que engancha las palabras en una letanía.

-Damos-gracias-a-Dios-por-estos-alimentos...

El joven catalán se queda helado, con la cuchara rozando los labios, mientras la bendición se alarga durante cinco minutos más.

Más de tres décadas después esta escena parece obsoleta para algunos. Para otros, en cambio, si tenéis amigos hipsters, seguro que habréis vivido situaciones parecidas. Vais al restaurante moderno de turno, os traen el primer plato y, mientras saliváis, vuestro amigo insiste en tomar varias instantáneas de cada plato.


La diferencia con el abuelo patriarca es que los hipsters también "bendecirán" el segundo plato y el postre.

Donem gràcies a Instagram per aquests aliments que compartirem amb la resta d'usuaris. Beneeix-los amb molts likes.

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